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Crisis en la UNAH: ensayo de reelección y abre puertas a la privatización

Tegucigalpa, Honduras. La academia hondureña, la educación en todos sus niveles, atraviesa una de sus peores crisis y se refleja en cualquier escenario y con énfasis en la Universidad Nacional, la Alma Mater, («madre nutricia de los estudios»)

En la actualidad se puede afirmar el concepto de educación domesticada dirigida desde arriba: algunas clases disponibles, otras no.  Anonimato sobre  catedráticos al matricular sus clases.  Se cancelan períodos.  Se criminaliza la protesta. Se expulsa,  judicializa, gasea y golpea al estudiantado. Se les retiran las becas. Las autoridades universitarias desde el año 2013 hasta la fecha, no han sido capaces de sentarse a dialogar para buscar respuestas a las demandas estudiantiles.

En la Universidad Nacional, donde la autonomía está en entredicho se experimenta un proceso viciado de reelección  que nos lleva a afirmar que es  un escenario en miniatura o léase, reflejo de país. Campus de ensayo; ensayo para la represión incluso con  paramilitares, ensayo de domesticación y dominio de poder.  Sin embargo, la rectora desde al año 2009, Julieta Castellanos,  cierra el tema como cancela los períodos de clases, calificando de ideológicos -político y financiado por izquierda extrema, las protestas estudiantiles que incluyen una huelga de hambre con relevos desde hace 48 días. Como ocurrió en el año 2016, y amenazó con cerrar el tercer ciclo del año 2017, en conferencia de prensa del 15 de agosto del año en curso.

Según las declaraciones de la rectora Castellanos, una minoría de estudiantes intolerantes, financiados por la izquierda extrema, son los generadores de la crisis, soslayando los temas centrales como autonomía, normas académicas,  Plan de arbitrios, paridad, investigaciones del crimen del dirigente sindical Héctor Martínez de la regional del pacifico (junio 2015), la desaparición «forzada» del dirigente Donatilo Jiménez de La Ceiba, desde abril del año 2015;  y manejo transparente del presupuesto universitario: 6% del  nacional, alrededor de cinco mil millones de lempiras para el año 2016, más ingresos propios, dineros que están en entredicho, llegando a asegurarse a través de diversos medios de comunicación, un presupuesto arriba de 120 millones de lempiras para policía y seguridad.  Sin incluir otros contratos que se han firmado para fines similares.

Las demandas estudiantiles encierran un giro final, señalando que todo esto lleva a la privatización de la Universidad Nacional que desde su fundación año 1847 surge laica, estatal y gratuita y en octubre de 1957 pasa a ser autónoma.

Esta crisis comienza a mirarse con claridad desde hace cuatro años (2013) bajo la rectoría de Julieta Castellanos, su parentela consanguínea y política y un equipo de asesoría que se deja ver sumiso; no obstante, los problemas de autonomía, sectarismo político y autoritarismo (abuso de poder) vienen arrastrándose desde 1982, bajo la administración de Oswaldo Ramos Soto y a partir del 2013, explosiona a través de diferentes organizaciones estudiantiles que se aglutinan en el Movimiento Estudiantil Universitario, MEU, mas para la rectora Castellanos, sus integrantes, son los responsables de la crisis universitaria.

Hay hechos concretos que abordaremos como el concepto de autonomía que se ha ido perdiendo si nos apegamos a su definiciónFacultad de la persona o la entidad que puede obrar según su criterio, con independencia de la opinión o el deseo de otros.

Facultad o poder de una entidad territorial, integrada en otra superior, para gobernarse de acuerdo con sus propias leyes y organismos.  Repetimos, si nos apegamos a la definición se pueden sacar conclusiones concretas.

Ahondemos en esto de la “Educación superior” en Honduras. La Universidad Nacional tiene alrededor de 87 mil estudiantes y ocho campus.  Hay 20 universidades privadas. Algunas  han crecido como la espuma; cinco vinculadas directamente a las iglesias Católica y evangélica;  UNICAH, la Católica.  Instituto Superior Tecnológico “Jesús de Nazareth”.  Seminario mayor de nuestra señora de Suyapa, SMNSS.  UCRISH, Universidad Cristiana de Honduras. UCENM, Universidad Cristiana Evangélica Nuevo Milenio; dos a la seguridad y defensa.

Las de carácter religioso están en manos del Cardenal Rodríguez, uno de sus fundadores y las otras, de pastores como Misael Argeñal, cuyo predio estuvo ubicado en el Batallón 105 y antes, en el Ministerio la Cosecha;  la de la Policía y la de Defensa están  en manos de Comisionados y Militares de alto rango y establece firmas de convenios con diversos países incluyendo  con la Escuela Superior de Guerra de Colombia.

Las otras: Pedagógica Nacional, UNITEC, Zamorano, Metropolitana de Honduras, ESNACIFOR, la Politécnica, UPH, CEDAC ; unas más antiguas que otras, con más de un siglo de diferencia de la Nacional, están insertas en su mayoría en el camino de la globalización y de la corporación educativa, según la lectura detallada del acta No 258 de la sesión ordinaria del Consejo Técnico Consultivo de febrero de 2013, donde la rectora Castellanos sintió amenazada su autonomía como autoridad y la pelea a través de diversos medios incluso de comunicación. Constate en Actas del Consejo Técnico Consultivo – Portal de Transparencia…

En el capítulo I del documento en mención, con participaron de representantes de todas las universidades se deja leer claramente hacía donde quieren dirigir la educación superior. Competitividad, mercado, empresas rentables y el estudiantado en clientes domesticados. La ley de la oferta y la demanda educativa y no el academicismo consciente, libre pensador y autónomo.  Como diría el pensador Pablo Freire: Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no hacen. Enseñar exige respeto a la autonomía del ser del educando. Enseñar exige seguridad, capacidad profesional y generosidad. Enseñar exige saber escuchar. Nadie es, si se prohíbe que otros sean. Ninguno de estos aportes a la educación se cumple por la intolerancia manifestada y comprobada de la rectora Julieta Castellanos y su grupo de apoyo.  O como diría el lingüista y filósofo Estadounidense Noam Chomski, “El neoliberalismo tomó por asalto las universidades”.

En concreto, la situación en la Universidad Nacional, ha dejado más de 165  estudiantes criminalizados, varios expulsados en diferentes períodos,  muchísimos golpeados y gaseados. Una universidad abierta a la violencia con policías militares y paramilitares.  Cerrada a la autonomía, a la paridad estudiantil, a la revisión de las normas académicas, al estudiantado, a la transparencia administrativa y cerrada a la democratización y a la academia.  Y más parecida a un gran campus de ensayo de la reelección y la dictadura.

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